
Debemos diferenciar el hambre de la “gusa” o
“necesidad de capricho”. Una dieta equilibrada no restringe de manera elevada
las cantidades, salvo de aquellos alimentos cuyo abuso puede causar sobrepeso o
carencias en nuestra salud.
Cuando empezamos una dieta lo más complicado es romper
con las rutinas anteriores. Como ejemplo, si estamos acostumbrados a ingerir
después de la cena chocolate a diario, el día que no lo hacemos el propio
cuerpo lo reclama, pero si cortamos con esa rutina, podremos observar como la
“necesidad” va disminuyendo día tras día, y como posteriormente consumirlo en
días esporádicos no crea “dependencia”.
En general las dietas consisten en romper rutinas
inadecuadas y establecer las óptimas, muchas de ellas de por vida. No tires la
toalla si al comenzar una dieta te sientes algo ansioso, se pasará, y haz
especial hincapié en no repetir un mal hábito a diario para evitar "dependencia".
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