Con la llegada del verano y el destape, a muchos nos entran las prisas y queremos hacer en 2 meses lo que no hemos hecho a lo largo de todo el año. Es el momento en que las dietas milagro son más requeridas, y en el que todas las revistas nos las venden prometiéndo dejarnos listos en muy poco tiempo y casi sin esfuerzos. Pues bien, lo que estas dietas no nos anuncian son los efectos secundarios como puede ser el “rebote”.

Está muy bien que con el verano tengamos la excusa o la necesidad de ponernos las pilas, pero ¿por qué no aprovechar esta iniciativa para aprender a comer y librarnos de esos kilos no solo para el verano, sino para siempre?
Las pérdidas bruscas y rápidas de peso exigen un mantenimiento muy controlado si no queremos coger incluso el doble de lo perdido, por lo que a la larga, restringiendo menos, obtendremos los mismos resultados sin agredir a nuestra salud, además de asentar nuestro cuerpo para evitar los temidos “efectos rebote”.
Apúntate a perder peso con cabeza, a aprender a compensar los excesos cuanto antes para que no te pasen factura, en definitiva, a cuidar tu físico pero también tu salud, porque en el fondo, ¿de qué nos sirve ser un 10 por fuera si no estamos bien por dentro?. Créeme, todavía estás a tiempo para sentirte mejor en verano en todos los aspectos.
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