El problema de los menús de pasta o arroz, se encuentra en las salsas que añadimos, sofritos, boloñesa, carbonara, etc. Los hidratos de carbono en sí no engordan, siempre que se tomen en cantidades adecuadas a nuestro ritmo de vida y en consecuencia a nuestro gasto energético.
Está muy claro y es casi general, que lo más sabroso suele ser lo que más engorda, pero no por ello debemos renunciar del todo a consumirlo, así que os propongo realizar, como siempre, variantes menos calóricas para cuidar tanto la dieta como la salud.
El tomate frito industrial suele tener bastante grasa e hidratos de carbono en forma de azucares, así que podemos cocinar un tomate “frito” para nuestras pastas y arroces que sea mucho más ligero de lo que habitualmente encontramos en el mercado.

Para finalizar bastará con añadir sal y orégano, o cualquier otra especia a gusto del consumidor. Como siempre con las salsas se trata de innovar y probar, de esta manera podrás disfrutar del tomate frito bastante más a menudo. Si lo piensas, es prácticamente todo verdura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario